El olor tiene una estrecha relación con las emociones. Las empresas de marketing olfativo se encargan de estudiar la reacción que provocan diferentes aromas en las personas que los perciben. Una vez obtenidos los datos, se esfuerzan por crear fragancias que puedan emplearse para mejorar los negocios. Una de las áreas que más demandan este servicio es la hostelería. El marketing olfativo de hoteles se encarga de crear los mejores aromas para la recepción, las zonas comunes y las habitaciones de los clientes.
Todas las empresas son susceptibles de mejorar utilizando aromas. El buen olor resultará muy agradable para los clientes, pero aún hay más. Existe una relación directa entre los olores percibidos y la memoria. Se recuerda mucho mejor lo que se huele que lo que se ve. Es por eso que, con tan solo percibir un perfume, pueden venir a la mente momentos vividos en la infancia o muchos años antes.
En el marketing sensorial se utilizan los sentidos para mejorar la experiencia de los clientes. La vista, el tacto, el gusto, el oído y, cómo no, el olfato, son explotados al máximo para que el cliente responda positivamente ante los productos que se le ofrecen. El marketing olfativo no solo es importante en este campo, es una parte fundamental, ya que utiliza y promueve un sentido que evoca recuerdos y afecta en el estado de ánimo.
Para sacar el máximo provecho posible, el marketing olfativo para empresas ha desarrollado diferentes perfumes indicados especialmente para hoteles. Este busca los aromas que más agradan a los clientes creando una sensación de bienestar y recuerdos agradables.
Si un cliente recibe un olor al entrar en un hotel y su estancia resulta agradable, cada vez que perciba las mismas notas, allá donde esté, asociará rápidamente el aroma al hotel. Esto es una forma de fidelizar a los clientes, ya que el aparato olfativo está estrechamente ligado al sistema límbico, que interviene en la memoria y las emociones. Este cliente pensará instantáneamente en lo bien que lo pasó y le entrarán ganas de volver.
En otros casos, esto se une a la posibilidad de escoger el aroma, de manera que sea el mismo cliente el que seleccione a qué quiere que huela su habitación. Esta opción ya se está poniendo en práctica en algunos hoteles en los que se puede escoger entre varias fragancias e intensidades.
Un cliente encontrará en su habitación un aroma con diferentes principios activos que actuarán como relajante, como estimulante, como energizante… Si es el mismo cliente el que lo puede escoger, la posibilidad de que vuelva, después de vivida la experiencia, se multiplica. El hostelero también tiene la ventaja de que no corre el riesgo de confundirse en la elección y provocar el efecto contrario. Así que el perfume a la carta es una gran opción.
Dependiendo de la zona y el tipo de hotel, será necesario disponer de dos o más posibilidades de aromas.
Para las zonas de recepción y las zonas nobles del hotel se tiene que tener el mismo aroma para que el cliente asocie el perfume con la marca y conseguir despertar sus emociones. Este perfume se tiene que implantar teniendo en cuenta los valores corporativos del hotel y estudiando el mensaje que se quiere aportar para crear un efecto de diferenciación.
Para la zona de relajación o la zona de Spa que son zonas que los huéspedes utilizan para desconectar del exterior son aconsejables los aromas relajantes. Existen algunos específicos para este fin, con esencias terapéuticas. También son aconsejables para estas zonas aromas cítricos.
Para la zona de gimnasio hay otros aromas que son mas aconsejables se recomiendan perfumes naturales como el Jazmín, la Lavanda, perfumes con notas verdes, que son notas frescas que ayudaran a mejorar la experiencia del huésped.