El marketing olfativo está por todas partes. ¿Te habías dado cuenta de los olores que se perciben al entrar en un supermercado? ¿Has percibido ese olor a palomitas al entrar en las taquillas del cine? Si no te has dado cuenta, no te preocupes, es normal. Los expertos en marketing olfativo han estudiado el asunto para crear una necesidad de comprar algunos productos, en concreto por medio del efecto del olor en nuestro subconsciente. Te explicamos las claves de cómo nos afecta el marketing olfativo sin que nos demos cuenta.
El olfato tiene mucha importancia en los negocios. No se trata de que algunos olores tengan ningún tipo de propiedad mágica que induzca a los clientes a adquirir productos, más bien se trata de ciencia. Las partículas que entran por las fosas nasales son percibidas por los epitelios olfatorios. Estos mandan estímulos eléctricos al bulbo olfatorio. La información es enviada al cerebro por el sistema límbico, donde se gestionan sentimientos y se crean recuerdos.
Las conexiones existentes entre estas partes del cerebro hacen que el olfato se convierta en una poderosa herramienta que despierta recuerdos y emociones. Los expertos del marketing olfativo son conscientes de estas relaciones y las utilizan para generar confianza, abrir el apetito o fidelizar clientes.
Para entender mejor el trabajo que desarrollan las compañías de marketing olfativo, nada mejor que poner algunos ejemplos.
Piensa en alguno de los supermercados próximos a tu domicilio. Poco a poco se ha ido perdiendo la costumbre de que el carnicero corte y prepare la carne delante de ti, y lo mismo se puede decir de las secciones de frutería o pescadería. Sin embargo, en muchos centros, la sección de pan ha vuelto a abrir las puertas y a despachar pan recién hecho.
Que se haya vuelto a vender el pan como antaño tiene un por qué. Por un lado las ventas de pan aumentan, ya no lo vas a olvidar o aunque no te haga falta huele tan bien que lo compras. Sin embargo, la ganancia no es suficiente para cubrir los gastos de la nueva instalación y los empleados. Cuando se compra con hambre, se compra más. El olor a pan trae agradables recuerdos, puedes hasta saborearlo en tu mente, así que se despierta el apetito. Ahora, el comprador tiene hambre y compra más.
Esto es aplicable a los cines, que tienen sus tiendas de palomitas a pleno rendimiento desde que se abren las puertas o las tiendas de ropa, que utilizan perfume infantil en la sección de niños, o que crean su propio odotipo, es decir un logotipo de olor, para que el cliente les recuerde también por el olor.
Cualquier negocio puede aprovecharse de esta rama del marketing sensorial. Los supermercados venderán más si resaltan el olor de los productos que despiertan el hambre o que se asocian con la limpieza y la frescura. Las tiendas de ropa pueden crear su propio odotipo. Cuando entras en una tienda y hueles un perfume, la siguiente vez que lo percibas te acordarás de ese negocio y seguramente recuerdes hasta los productos que tanto te gustaron.
En los gimnasios, en los spa y en negocios en los que el sudor o la humedad puedan generar olores, hay que limpiar en profundidad, higienizar y aromatizar. El olfato conseguirá que los que visiten el lugar estén más a gusto y no quieran irse a otro sitio.
Pero aún hay más. Sea cual sea tu negocio, pide asesoramiento a los profesionales. No importa que tu empresa sea grande o pequeña, hay soluciones orientadas a cada caso en particular. Pregúntanos todo lo que necesites saber y te asesoraremos.