En Fenpal sabemos lo importante que es disponer de un ambiente olfativo limpio y fresco en cada establecimiento o negocio, sea del tipo que sea. Y aún más en lugares que, por su propia actividad, generan y acumulan ciertos tipos de olores considerados como desagradables. La calidad del aire, en estos casos, puede verse comprometida, y no solo afectar a la percepción subjetiva de clientes y empleados, sino a su bienestar y su actitud durante su estancia.
Para remediarlo, no basta con utilizar un ambientador. Lo único que se conseguirá entonces es mezclar todos esos aromas y generar un ambiente todavía más cargado. No se trata, pues, de camuflar el olor, sino de utilizar un neutralizador de olores para eliminar esos compuestos malolientes. Entonces sí, será el momento de aromatizar correctamente el local.
Sufrir de un ambiente cargado es algo más común de lo que podría parecer. Oficinas, restaurantes, hoteles, gimnasios, industrias, tiendas… son muchos los sectores que pueden verse afectados por un sinfín de compuestos volátiles. Éstos, a partir de cierta concentración, son fácilmente perceptibles por nuestro olfato y pueden llegan a ser realmente molestos.
El mal olor suele ser más notorio justo en el instante en el que se accede al establecimiento. En tan solo un segundo, el cliente se topa con un aire cargado, incluso maloliente, y eso afecta a su percepción, emotividad y comportamiento. Sensaciones relacionadas con la aversión llevan al cliente a terminar cuanto antes la visita y quedarse con un mal recuerdo de la experiencia. Difícilmente deseará repetir. Por tanto, es importante darle la importancia que tiene, especialmente aquellos negocios que reciben a sus clientes con frecuencia.
El marketing olfativo generalmente se encarga de generar un aroma agradable, pero también tiene mucho que aportar cuando se trata de neutralizar los olores propios de la actividad profesional. En estos casos, ponerse en manos de profesionales es imprescindible.
Un neutralizador de olores se encarga de eliminar todos los compuestos volátiles que resultan malolientes. Lo hace de forma instantánea y definitiva, dejando un ambiente fresco y limpio, totalmente desodorizado. El neutralizador de olores actúa atacando a las moléculas causantes del mal olor. Las descompone y, de esta manera, dejan de provocar olor.
Lo ideal es que estos neutralizadores funcionen de forma automática para que los trabajadores no tengan que estar pendientes de si aparecen malos olores o no. Esto es especialmente importante, no solo para no distraer a los trabajadores de sus tareas, sino porque el olor suele dejar de percibirse cuando alguien lleva mucho tiempo dentro de ese ambiente.
Así que, la solución, especialmente en negocios que por su actividad o sus características sufren de malos olores con frecuencia, es utilizar un neutralizador que funcione mediante difusión directa y continuada. Esto garantizará que el aire que se respira es neutro, limpio y fresco en todo momento.
Podemos instalar estos equipos de difusión en puntos estratégicos dentro del local (especialmente si la fuente del mal olor tiene una localización concreta), o en zonas centrales para que el neutralizador alcance todos los rincones de forma general. En ambos casos, la instalación se puede realizar mediante apliques o con un equipo de difusión oculto.
Son muchas las causas que pueden provocar mal olor. Si son ajenas a la actividad profesional, suelen ser provocadas por problemas con los sistemas de ventilación, a través de los cuales entra el humo de los coches que hay afuera, olores de fábricas cercanas, asfalto, motores… También es común encontrar problemas en desagües y alcantarillado.
Esto puede afectar a todo tipo de negocios, especialmente aquellos que se encuentran en grandes ciudades, cerca de lugares con mucho tráfico, zonas industriales o edificios antiguos.
En estos casos, es recomendable atacar el problema de raíz y realizar las reparaciones que sean necesarias. Si esto no es suficiente, conviene utilizar un neutralizador de olores, ya que estamos ante olores que además de resultar molestos, pueden llegar a ser peligrosos para la salud.
Cuando los olores son generados en el interior del edificio o del establecimiento, las causas pueden ser mucho más variadas, y en ocasiones, se pueden combinar entre ellas.Los bioefluentes, es decir, el olor a “humanidad”, suele ser frecuente en zonas poco ventiladas en las que hay un gran número de personas (oficinas, gimnasios, museos, bibliotecas, aulas de formación, transportes públicos…). Por otro lado, según las características de cada negocio, se pueden presentar otro tipo de olores: alimentos, animales, productos químicos de todo tipo, residuos, maquinaria… En estos casos, la única solución es apostar por un neutralizador de olores profesional, capaz de destruir los malos olores y dejar un ambiente fresco y agradable, que resulte saludable para empleados y clientes.