Existen muchos tipos de difusores de aromas. No solo sirven para que el olor de un ambiente sea agradable, también despiertan emociones y mejoran las ventas. ¿Qué clases de equipos de aromatización hay? ¿Dónde puedes utilizarlos? Te responderemos estas preguntas a continuación.
Algunos difusores que existen en el mercado se utilizan para aromatizar pequeños espacios. Otros, sin embargo, se emplean para abarcar lugares de amplias dimensiones, como tiendas, supermercados e incluso centros comerciales.
Para perfumar un espacio pequeño, como un aseo o una habitación, se puede utilizar un difusor en spray. De esta manera económica y sencilla se consigue mantener un agradable olor durante un espacio de tiempo determinado. Eso sí, al poco tiempo desaparecerá siendo necesaria una nueva aplicación.
Otra manera de hacerlo es por medio de un quemador de aromas. Tan solo necesitas un bote con aceite perfumado y una vela. El aceite se deposita en la parte cóncava y se enciende la vela. Durante el tiempo que esté la llama prendida, el olor se extenderá por la habitación.
Para perfumar un espacio reducido de manera que el olor sea constante, puedes utilizar un difusor eléctrico. La ventaja de este tipo de aparatos es que el olor que desprenden es uniforme, se puede regular y dura días, e incluso semanas.
El nebulizador eléctrico de difusión directa es recomendable para pequeños negocios. Oficinas, tiendas, supermercados… son locales que pueden aprovechar al máximo este sistema. Es totalmente configurable, de manera que se puede regular la intensidad y los tiempos en los que se necesita mayor o menor frecuencia. Las cargas del producto son mucho mayores que la de los difusores para uso particular, así que duran más tiempo. Además, permiten tener distintos aromas en la misma máquina que pueden alternarse al gusto.
Una opción más, muy interesante para las grandes superficies, es un aparato difusor de aire acondicionado. Las grandes empresas dedicadas al marketing olfativo tienen este tipo de elementos que se conectan directamente a los aparatos de aire y funcionan al tiempo que estos. No es necesario que funcionen en un modo particular, se distribuirán siempre que se pongan en recirculación de aire, en frío o en calor.
Existen multitud de aromas que se pueden emplear en el hogar o el negocio, aunque solo se garantiza el éxito si se hace una correcta selección. En vista de que cada tipo de olor puede tener un efecto específico en quien lo percibe, lo mejor es tomarse el tiempo necesario para escoger el mejor.
El marketing olfativo tiene en cuenta factores relacionados con el propósito que se quiera conseguir, con el público y con la época del año. En cuanto al propósito pregúntate: ¿Quiero un olor hogareño? ¿Quiero abrir el apetito? Algunos aromas como la vainilla, el café, el pan o similares pueden lograr el objetivo.
Otra de las cosas que se tienes que pensar es el tipo de público que vas a tener. ¿Son personas adultas,son adolescentes o son niños?. En el caso de una gran superficie, un olor agradable y novedoso servirá para hacer que todos los presentes disfruten de la estancia, pero en negocios más pequeños la cosa cambia. En estos casos has de utilizar perfumes orientados a la edad de los clientes.
Otro de los factores que analiza el marketing olfativo es la temporada. Los aromas dulces y densos te vendrán muy bien en invierno, crearán un ambiente cálido y agradable. Sin embargo, en el verano se busca frescor y olores que recuerdan al cliente una bebida fría a base de cítricos, a un bosque lleno de árboles y sombra o a la playa.
Teniendo estos factores en cuenta lograrás el éxito deseado.