El neuromarketing estudia la conducta de los compradores ante los estímulos recibidos por un anuncio, un producto, un olor… Dentro de este existe un sector llamado marketing sensorial, que se dedica a la aplicación de lo aprendido para despertar los sentidos de los compradores y aumentar las ventas. Cada uno de estos sentidos es estudiado individualmente. De ahí surgen el marketing visual, el audio marketing, el marketing olfativo, el marketing del tacto y el marketing gustativo. A continuación, te mostraremos algunas verdades y mitos del neuromarketing.
Verdades del neuromarketing
Hay muchas verdades detrás del neuromarketing, entre otras cosas porque está respaldado por estudios científicos concienzudos. Nada tiene que ver con la propaganda falsa que habla de milagros y de ventas multimillonarias por el simple hecho de escuchar a un gurú de los negocios y seguir sus pasos. Esto es ciencia y está demostrado por verdades como las siguientes.
- Las estrategias de neuromarketing mejoran las ventas. Esto es una realidad. Tras estudiar las conductas de los compradores y ver qué es lo que más les gusta, se puede crear una línea de trabajo para mejorar las ventas. Muchas empresas mejoran su recaudación gracias a la aplicación del neuromarketing en sus negocios.
- El neuromarketing influye en el pensamiento de los clientes. Sí, esto es cierto. No se trata de magia, sino de ciencia. Se sabe que el color, el olor o el tacto, hacen que un cliente se decante por este o aquel producto. Las botellas de agua son un claro ejemplo. Pocos miran la procedencia o composición del agua, generalmente ganan las que tienen el precio más económico y el envase más bonito. Así que se puede afirmar que detrás de cada botella llamativa hay un estudio de neuromarketing.
Mitos del neuromarketing
También hay algunos mitos sobre el neuromarketing que está bien desmentir, para que nadie se llame a engaños. Los siguientes son los más destacables.
- El neuromarketing es una novedad. En los años 60 se medían las ondas cerebrales para ver el impacto que ciertos anuncios tenían sobre los observadores. Esto quiere decir que ya entonces existía el neuromarketing y se tenía en cuenta el impacto de la publicidad en los compradores potenciales.
- El neuromarketing es milagroso. Algún iluso pudiera pensar que aplicando técnicas de neuromarketing su negocio saldrá a flote sí o sí, que activará un botón simbólico en los compradores y estos comprarán impulsivamente. Lo normal es que el neuromarketing ayude a mejorar las ventas, pero no que milagrosamente convierta un producto deficiente en un top ventas. Para que el neuromarketing funcione a plenitud, tiene que haber más factores envueltos, un producto vendible, una ubicación accesible, etcétera.
- El neuromarketing es caro. Este mito no es cierto. Requiere una inversión, como es lógico, pero está al alcance de las empresas grandes y pequeñas. A día de hoy existen muchos estudios y profesionales en el sector. Ya no es una cosa excepcional, ni hace falta someter a un grupo de personas a estudios neurológicos, así que tan solo hay que pagar a una agencia para que haga el estudio y ya está.
- Cualquiera puede hacer una campaña de neuromarketing. Mientras que unos piensan que el neuromarketing es complicado, otros piensan lo contrario. Para hacer una campaña de neuromarketing no basta con sentarse en una silla, a la puerta de un negocio y apuntar las reacciones de los clientes. Esto es útil, pero hay muchos estudios realizados por años como para que los resultados de un particular sean notorios.
Agencias de neuromarketing
Hay agencias que realizan estudios por años y grandes inversiones. Solo ellos están preparados para orientar y crear campañas efectivas. Algunas están especializadas en todos los campos en general y otras se adentran más en cada rama, como puede ser el marketing visual o el marketing olfativo, por ejemplo.
Por eso es importante confiar en aquellos que son expertos en neuromarketing, para sacar el máximo partido a esta útil herramienta.